Todo quedó en silencio cuando se marchó; no escuché sonidos de templo, movimiento de sacerdotes. Sólo la mujer habita esta morada y su jardín. No tiene familia, ni señor y no es diosa porque teme: cerró puertas y candados antes de marcharse.
(...) Mientras miraba a la mujer tan pensativa en el jardín, hubiera querido saber qué meditaba y hubo momentos que me pareció sentirla cerca, como si sus pensamientos se mezclaran con los murmullos del viento"
La Mujer Habitada. Gioconda Belli
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